🌸 Neurodomingo 2021.12

—Arte y trisomía 21—
Judith Scott (1943-2005), fue una escultora norteamericana. Nacida con síndrome de Down, no tuvo oportunidad de desarrollar el lenguaje verbal, pues llegaron muy tarde a detectar que una escarlatina durante su primera infancia le había causado una sordera.
Sus padres quisieron que fuera a una escuela de educación especial, pero no fue admitida. Así que cuando Judith cumplió siete años, se vieron obligados a internarla en una institución estatal separándola de su hermana gemela, Joyce. Las ideas eugenésicas de entonces aún siguen haciendo mucho daño.
En el internado seguían sin detectar su sordera, todas sus dificultades se atribuyeron a la trisomía 21 y se pensó que nada podía hacerse por ella.
A los cuarenta y dos años Judith seguía sin lenguaje hablado, pero entonces su hermana consiguió su tutela legal y la llevó a vivir con ella a California. Pensó que sería buena idea que asistiera al Creative Growth Art Center en Oakland, y realmente lo fue. Allí, Judith descubrió el arte como medio de expresión.

Sus esculturas, hechas de hilos y cuerdas que envuelven y unen distintos objetos, llamó enseguida la atención de la crítica que valoró su elevada expresión individual al margen de influencias culturales. Judith Scott está considerada una artista independiente (outsider) cuya obra, de renombre internacional, forma parte de las colecciones de museos de arte moderno de todo el mundo, como el MOMA de Nueva York.
En el año 2006 Lola Barrera e Iñaki Peñafiel le dedicaron un largometraje documental, ¿Qué tienes debajo del sombrero?.
Por María José Mas