jornada-debate sobre homeopatía: mi aportación
La Organización Médica Colegial me invita al debate sobre homeopatía.
El pasado 30 de octubre, la Organización Médica Colegial (OMC) me invitó a particiar en una jornada-debate sobre homeopatía. La jornada se pudo ver por streaming y está ya colgada en el canal de Youtube de la OMC.
Muy bien acompañada por Vicente Baos –@vbaosv–, Juan Antonio Alonso –@Juan_A_Alonso– y Jerónimo Fernández Torrente. Los cuatro tuvimos la oportunidad de exponer nuestra postura crítica con la homeopatía, una práctica médica basada en conceptos antiguos –del siglo XVIII– y equivocados, que hace tiempo fueron abandonados en favor de otros más eficaces y con más garantías para los pacientes. Por causas ajenas a la ciencia médica, estos falsos conceptos han vivido un resurgir en las últimas décadas. Cuestión que preocupa a quienes defendemos una Medicina humana basada en la evidencia científica actual, una Medicina siempre susceptible de mejora y de correcciones, como cualquier ciencia que se precie de serlo.
Esto es precisamente lo que, a mi parecer, no hacen los médicos (y otros profesionales sanitarios) que utilizan homeopatía, ser críticos con sus propias prácticas y ser permeables a la mejora que ofrecen los avances de que disponemos hoy en día. Y así lo expuse en mi intervención, intentando dejar patente la falsedad de los conceptos en que se basa la homeopatía y sus profundas contradicciones. Aquí podéis comprobarlo [a partir del minuto 4:42:06].
Y aquí os dejo también las diapositivas de la charla, para que quede aún más clara mi postura.
El médico, el buen medico, sabe responder al sufrimiento de quien le pide ayuda con humildad, con rigor y prudencia. Capaz de generar confianza a su paciente, el buen médico es sin embargo consciente de lo delgada que es la línea roja que separa la vocación de ayudar de la vanidad o el interés personal que puede generar su situación de poder. Para no cruzar esa línea roja, el buen médico se exige una vigilancia continua de su propia responsabilidad.
Pude comprobar que la mayoría de los médicos que practican la homeopatía tienen vocación de ayudar a sus pacientes, pero no parecen ser conscientes de que la homeopatía, con su halo de falso misterio, basa todo su poder en la confianza que el médico genera en su paciente, cruza la línea roja y así se aparta de la Medicina.
Como muy bien demostraron Vicente Baos y Juan Antonio Alonso en sus exposiciones, la homeopatía carece de base científica alguna. Además de esto, yo traté de subrayar que quien se asombra de su “efectividad” es que desconoce lo que es el efecto placebo. Y Jerónimo Fernández Torrente dejó claro que hay un vacío legal entorno a esta falsa ciencia que debería cubrirse para garantizar la mejor seguridad y atención de los pacientes.
La HOMEOPATÍA es solo PLACEBO.
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___________________________<sobre esta información>
Relacionado:
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Estoy de acuerdo en todo lo que expone, pero quiero preguntarle algo.
Usted aboga por el aprovechamiento del efecto placebo en beneficio del paciente: al margen de los ensayos clínicos ¿puede haber casos en los que el paciente necesite sólo placebo y ningún fármaco real? En caso afirmativo ¿existe a día de hoy algún mecanismo para recetar un simple placebo que no sea la homeopatía?.
Desconozco la existencia de otros placebos comercializados. Personalmente no utilizo ninguno.
En mi opinión el efecto placebo no necesita de ningún fármaco para funcionar, una buena explicación al paciente (por muy niño que sea) puede ser más que suficiente. Lo que ayuda es un médico comprometido en la atención a sus pacientes.
Personalmente no utilizo ningún fármaco si no es con una indicación clara, por ejemplo un analgésico para disminuir el dolor. Si hay dolor hay que tratar, si explicamos bien las cosas probablemente podremos disminuir la dosis o incluso dejar de indicar el analgésico en los casos más leves.
Muchas gracias por el interés y el comentario.
Saludos cordiales.
Un día, por esas cosas de la maternidad estresante, un niño me pidió una tirita en un brazo por un golpe que se dio en la cabeza. Con cierto cachondeo pero mucha dulzura, le puse la palabra “placebo” escrita en la tirita. Me olvidé del asunto y cuando el padre desnudaba al crío le oigo unas carcajadas que hicieron temblar el edificio…
Tiempo después, cuando un golpe era grande me han pedido que escriba la “palabra mágica” en muuuuuchas tiritas. Una profe del cole se vio en la situación de imaginar el método para administrar placebo a un hijo mío que se había caído y lo pedía a gritos. Y ahora mismo el placebo se reserva para cosas que “no se curan solo con besos” y no son como para medicar.
Me pregunto qué ocurrirá según vayan descubriendo qué significa placebo en términos más científicos, de momento ” a ellos les funciona”.
Centremos nuestros esfuerzos en comprender mejor nuestro cerebro y sus mecanismos. Debemos profundizar en el conocimiento del “efecto placebo”.
Creo que no entendiste nada ni del libro blanco, el abordaje integral en homeopatía es mucho mayor que en medicina convencional (que por cierto lo de convencional lo usan los médicos no homeópatas también). Aparte de tergiversar y dar una ponencia desastrosa, tienes la dicha de llamar “demostración” a la receta de Baos importandote poco o nada lo que expuso Sergio Abánades.
También dices que no usas ningún placebo, pero eso es un engaño tuyo si desde el momento admites que interactuar con otra persona es un placebo te autoniegas. Eso que haces es una medicina reduccionista.
Y no, la homeopatía no resurgió de repente lleva 200 y pico presente.
Del señor Juan Alonso su intervención fue de nuevo desastroza. Para descalificar al informe Suizo dice que todos sus autores son “homeopatas” (lo que es mentira), pero no dice nada cuando pone la captura de pantalla de un pequeño estudio donde uno de sus autores sí es homeópata (George Lewith). Ahí podemos empezar a ver que la homeopatía sí es critica.
Lo que me gustaría saber es por qué usted insiste en que la homeopatía es puro placebo y lo suyo no. Pues según el BMJ, y eso lo dijo el propio Juan Alonso, de 3000 ensayos doble ciego solo se está en la certeza de que el 11% de tratamientos funcionan. O sea, los cultos escépticos no dicen nada de eso ni de la seudociencia de estudios que no se han podido replicar ni en biomedicina ni eb física o química. Ustedes pretenden comparar un sistema con el suyo que lo hacen parecer perfecto aunque esté peor o igual del que critican y si todo falla pues niegan esos defectos.
Vergonzoso.
Muy oportuna su opinión Esperanto (porque ese es su nombre real, ¿no?) que permite a mis lectores conocer de primera mano el tono y las formas (por no mencionar la ortografía y la sintaxis) de algunas de las personas que practican esa nada que llaman homeopatía.
Su opinión está plagada de falacias, la primera “ad hominem” al decir que tengo un problema de entendimiento con su libro blanco. Note usted la ironía de mi siguiente afirmación: este es un argumento de gran peso científico, sin duda.
Un libro blanco es una herramienta de publicidad que un negocio pone a disposición de personas no iniciadas para que puedan comprender las ventajas del producto. Si una persona de entendimiento normal como el mío (¿quizá insinúa usted que no lo tengo?) no lo “entiende”, según me dice usted, hay dos posibles causas: o está mal explicado o no hay nada que entender. Ambas causas son responsabilidad de quien redacta, nunca de quien lee.
No veo tampoco la “vastedad” de abordaje de la homeopatía. Quizá se refiera usted al hecho de que la homeopatía, lejos de tratar las enfermedades y sus causas, se limita a tratar los síntomas y entonces es una cosa infinita y carente de cuerpo científico ya que trata la subjetividad.
En ningún momento he dicho que los fármacos que utiliza la Medicina no tengan efecto placebo, incontrolable casi siempre por quien los prescribe, si usted ni siquiera atiende a lo que digo es fácilmente comprensible que entienda usted lo que más le conviene.
Sobre la charla del Dr. Juan A. Alonso solo puedo decir que es de un rigor científico impecable. Igual que yo misma, el Dr. Alonso reconoce y dice que hay efecto placebo en los fármacos que utilizamos en Medicina.
Me resulta también chocante que pase usted por alto que las citas y referencias que tanto el Dr. Alonso, como el Dr. Baos o como yo misma hicimos son de revistas de reconocidísmo nivel científico. Como el British Medical Journal (BMJ), The Lancet o Nature, donde las publicaciones de homeopatía no han tenido, ni tienen, cabida porque no se ciñen a los más básicos principios de la ciencia que cualquier bachiller aprende en el colegio. En cambio sí le sirva el BMJ como fuente de “autoridad” cuando uno de los autores de un estudio es homeópata (según afirmaciones suyas… Me pregunto ahora mismo ¿cuantas personas habrá en el mundo que se llamen Esperanto y puedan ser confundidas con usted?).
En ningún momento digo que el sistema científico que conozco, por cierto llamado Medicina, sea perfecto ni susceptible de cambios y mejoras. Precisamente en eso se basa la grandeza y la humildad de la auténtica ciencia, en saberse imperfecta y en querer mejorar sus conocimientos y cambiarlos cuando son erróneos. ¡Faltaría más!
Acaba usted diciendo: “vergonzoso”. Bien, a mí me parece vergonzoso que me tuteé usted para insultarme de forma directa (me dice usted que yo no entiendo, que tergiverso, que engaño…) y que no sea capaz de rebatir las verdades que expongo con otra cosa que no sea su opinión personal. Las personas que visitan la casa de otras (y un blog es como una casa) deben procurar mantener el respeto y el decoro que las más elementales normas de educación aconsejan.
Señor Esperanto
He tenido la fortuna y el tiempo necesario para poder ver todas las ponencias de esa jornada y puedo asegurarle que la de M.J. Más es de un altísimo nivel, tanto en lo que hace referencia a sus contenidos, como en la facilidad y concreción en desgranarlos para conseguir llegar a la conclusión que, desde su punto de vista, y del de muchos, es una de las pocas válidas: la homeopatía no supera al placebo en efectividad en ninguno de los, ya demasiados, estudios que existen al respecto. Otra cosa es que eso no se ajuste a lo que su entendimiento le acota. Ese sesgado punto de vista suyo, Sr. Esperanto, debe ser el responsable de no darse cuenta de esas cualidades pero no ceje en su empeño por superarse, pídase estas navidades unas suscripciones a The Lancet, Nature, British Medical Journal y/o Pediatrics, entre otras, y úselas. Abra esas revistas y lea, interprete, analice lo que en ellas se dice… con el tiempo podrá acabar por discutir temas científicos con la Dra. Mas.
Y ya puestos en la lectura, dele un repaso rapidito al “informe suizo” y procure entender lo que en él se expone, por usted mismo, sin hablar por boca de otros. Verá cómo, a fin de cuentas, tampoco es tan favorable a eso que usted defiende.
No podría acabar sin decirle que vergonzoso es, sin duda, su manera de escribir, su falta de crédito, sus formas y su desconocimiento del tema.
Nota para futuros comentarios en esta entrada:
Visto lo que pasa, no publicaré ni responderé otros comentarios sobre este tema que se basen tan solo en la opinión o la experiencia personal.
Los comentarios se agradecen cuando enriquecen y aportan novedades al debate y me gusta contestar en la medida de lo posible y siempre que me hacen pensar.
Siento mi anécdota de madre anterior, no pretendía desprestigiar la ponencia de la que trataba el blog ni bajar la calidad del debate; era una chorrada en la que la palabra placebo se usaba de manera literal, porque yo sé lo que es un placebo y lo uso, consciente de que mis hijos necesitan que les asegure que sus dolores se pasarán y que a mí me importan, pero no me preocupan.
A mí no me pareció ninguna “chorrada”, más bien una forma bonita de explicar el bien que hace la comprensión y el buen cuidado en las personas (hijos o no) y en su salud.
Gracias por aportar y hacerlo de forma cercana y transmitiendo cariño.
Actualizo: los comentarios a la entrada quedan cerrados desde este momento.
Si quieren hablar de homeopatía hay otros foros donde hacerlo, aquí se habla de Medicina, de neuropediatría y de neurodesarrollo.
Si la homeopatía consigue probar ser más eficaz que el efecto placebo y lo hace de forma científica, mediante estudios independientes y con haciéndolo público en revistas de revisión por pares de impacto relevante, volveré a ocuparme del tema. Mientras tanto no tengo más que añadir y no quiero que ustedes pierdan su tiempo escribiéndome para convencerme.
“La carga de la prueba incumbe al que afirma”.