Deberes y aprendizaje
¿Cuántas horas trabajas?
Un vídeo que corre como la pólvora por internet y las redes sociales.
[3:51 min]
Al acabar de ver el vídeo surge una pregunta ¿qué finalidad tienen las cosas?
Deberes sí / deberes no
Se supone que los deberes son para aprender.
El cerebro está diseñado para aprender. Rutina, curiosidad y novedad son los grandes aliados del cerebro en su aprendizaje. Y los hábitos no se adquieren en 21 días, sino porque hay un deseo que satisfacer y en la satisfacción está la recompensa.
Los humanos aprendemos por imitación y por repetición. Los bebés de pocas semanas ya son capaces de imitar gestos y cuando un bebé está aprendiendo una habilidad nueva, la repite una y otra vez hasta que le sale.
En la etapa escolar es necesario repetir, ejercitar lo aprendido para consolidar el aprendizaje. La cuestión es si esa repetición debe hacerse en el mismo colegio o en casa.
Pero ¿se satisface con ello el deseo de aprendizaje? Hacer los deberes, ¿recompensa al cerebro?

Mis padres cuentan que se tuvieron que aprender de memoria la lista de los Reyes Godos. Un aprendizaje memorístico, basado sobre todo en lo que el maestro explicaba (o leía) en clase. La información se recibía sobre todo por el oído.
Pensemos en el día a día de un niño actual. La mayoría de información es visual, abundante y en constante cambio. Es el momento que nos ha tocado vivir, lleno de pantallas que constantemente disparan estímulos rápidos y cambiantes. Si crees que a ti no te afecta, te invito a revisionar una película de acción de tu infancia -Indiana Jones me vale– y luego reflexiona sobre lo lenta que te parece…
A este bombardeo informativo constante, al que estamos sometidos todos, hay que añadir las 8 horas de colegio y las “tropecientasmil” de actividades extra-escolares. La tendencia de niños y adultos a hacer varias cosas a la vez en un intento desesperado de que cunda el tiempo tampoco ayuda nada al aprendizaje.
El cerebro necesita reposo y tiempo para analizar y procesar la información que recibe. El cerebro inmaduro necesita además de una guía que le ayude a analizar esta información. Los maestros guían, sí, pero sobre todo deben hacerlo los padres.
El cerebro está diseñado para aprender, pero para aprender bien necesita ayuda. Hemos aprendido algo cuando los circuitos neuronales que sustentan ese aprendizaje se estabilizan. Para ello el cerebro necesita organizar, secuenciar y repetir los procesos de aprendizaje. La peor forma de aprender: la aleatoria.
Si el cerebro “aprende mal” –basa sus aprendizajes en procesos aleatorios– perderá mucho tiempo en desaprender para aprender bien –recordad este vídeo–, si aprende a aprender bien tiene mucho camino ganado.
Por eso creo que el debate sobre los deberes es muy necesario, pero no es “el debate”. El debate es el modelo educativo, no las leyes de educación, como mejorar la educación del individuo dejando atrás los objetivos PISA y OCDE que no deben ser otra cosa que una herramienta de análisis.
En cualquier caso, usemos el modelo PISA de análisis o no, está claro que nuestro modelo ha fracasado: “los niños españoles son de los que más horas dedican a los deberes. Su rendimiento escolar está entre los más bajos de la OCDE y el número de fracasos escolares entre los más altos”.
En un mundo cada vez más individualizado, con servicios cada vez más personalizados y herramientas cada vez más complejas para alcanzar esa personalización. ¿No podemos crear un modelo individualizado de enseñanza? Un modelo que tenga en cuenta las características de cada niño, su modo de aprender y sus habilidades.
De esta manera se tiene en cuenta a todos los niños, incluso el concepto de necesidades educativas especiales cambia o se diluye o desaparece… Como dice Antonio Márquez en su blog Si es por el maestro, … nunca aprendo hablando de inclusión:
“Si consideramos que todos somos diferentes, que todos aprendemos de formas distintas, el concepto de acnee dejaría de tener sentido porque todos los alumnos tienen necesidades educativas especiales. El ajustarse a esa diferencia individual es la misión de la nueva escuela.”
Los motores del cambio de modelo educativo
Además de una sociedad cada vez más personalizada, tenemos una sociedad cada vez más participativa. Todos debemos contribuir a mejorar el modelo educativo, sin experimentos ni de forma aleatoria. Las soluciones surgen del sentido común y de la propia experiencia. Una vez más la clave de la motivación está en la curiosidad, la novedad y la rutina.
Buenos maestros, con buenos libros y conocimientos que crean en sus alumnos como personas que deben desarrollar su individualidad.
Alumnos que den valor al esfuerzo y a la aplicación al estudio, que descubran el placer de aprender y pongan a su cerebro en modo curioso.
Padres que conozcan lo que están aprendiendo sus hijos que sean conscientes de la enorme influencia y relevancia que tienen sus creencias y actitudes en su educación. Más tiempo de calidad con ellos, menos delegar en pantallas y en otros.
Neuros, científicos, clínicos, pedagogos… que con investigación e información rigurosa contribuyan a mejorar el desarrollo de los programas pedagógicos de calidad. Nada de “pseudociencia” aquí tampoco: ¡rigor, rigor y rigor!
Conclusión
Respondiendo a la pregunta que me hacía después de ver el vídeo, el aprendizaje escolar debe estar dirigido a conseguir un desarrollo personal pleno, niños que de adultos sean generadores de nuevos conocimientos, enriqueciendo así a la sociedad a la que pertenecen.
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¡Muchas gracias!
___________________________<sobre esta información>
Gráficos: “aprendizaje” por © mj mas. Vídeo: “los deberes justos” de Eva Bailén en Youtube. Tira cómica: Calvin & Hobbes de Bill Watterson.
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15 Comentarios
Si comentas, todos aprendemos. ¡Gracias!
Que buena tu web!!!
Muchas gracias 😀
Gracias María José por compartir y difundir este video. Hablo desde el punto de vista de un padre cuya hija de 14 años está haciendo 3º de la ESO, un curso de por sí difícil y más aún si tu hija tiene TDA.
La pobre no llega. Su esfuerzo y el nuestro es inmenso pues dada la gran cantidad de deberes que tiene es muy difícil en casa repasar lo dado en clase cada día, entenderlo y además llevar al día los deberes.
La solución que se plantea en este sistema educativo es la “adaptación”, que al final de lo que se trata es de adaptar la nota. Si quitamos contenido, entra menos materia para el examen y como mucho sacará un 5 que le dará opción a titular.
La otra alternativa es repetir, con lo que ello conlleva. Todos te dicen que le irá muy bien para su desarrollo madurativo. Bien, pues con eso te quedas.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, no se ha adaptado la educación a la individualidad de cada alumno.
Es más importante al parecer llevar los deberes hechos, que no llevarlos y perder tiempo en casa en reforzar y hacer entender lo aprendido en clase. ¿De qué sirve que mi hija lleve los deberes de radicales hechos, o lo innumerables ejercicios de lengua estando todas las tardes hasta la hora de cenar sin levantarse ella y nosotros de una silla, si no ha adquirido en clase el como hacerlos? En niños con dificultades es una realidad y una angustia ver que no se llega a ese mínimo.
Nosotros intentamos afianzar los conceptos en casa antes que llevar todos los deberes hechos. Preferimos que sepa hacer raíces y operar con ellas adquiriendo esos conceptos dados en clase, y trabajar su autonomía.
Estamos ante un sistema que quiere encajar muchos conocimientos en un número de años que quizás para estos niños, podía plantearse en más años con menos materia cada año, pero al menos adquirirían esos conocimientos sin tantos deberes, estrés y esfuerzo.
Siento mucho haberme alargado en el comentario pero es un tema que preocupa. Procuraré ser más breve.
Gracias
José Manuel
Creo José Manuel que has dado con el quid de la cuestión: que en clase se adquieran los conocimientos necesarios para hacer los ejercicios y deberes. Esto es muy complejo cuando los niños tienen TDAH, y en mi opinión la atención pedagógica especializada es todavía insuficiente y muy desconocida para la mayoría de docentes.
Muchas gracias por tu aportación que deja tan claro lo que significa ser padre de un niño con TDAH y evidencia que la atención a la individualidad es el único camino para mejorar el modelo educativo.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu contestación Maria José
Muchas gracias por tu mención María José. Estupenda entrada la que has realizado y, aunque actual, por la campaña lanzada por el vídeo, es un debate sobre el que ya han corrido kilómetros de tinta.
Ya Michael Ende lo reflejó en el año 1973 cuando trataba de reflejar una sociedad asfixiada por el tiempo que repercutía en ese grupo de amigos de Momo que no tenían tiempo para jugar.
En mi opinión el tema no puede simplificarse a deberes sí o deberes no. Creo que la pregunta acertada es “¿deberes para qué?”. Este es realmente el fundamento que deberíamos plantearnos.
Como bien dices los aprendizajes requieren ser organizados, secuenciados y repetidos para que pasen a la memoria a largo plazo como un esquemas anclados y permanentes. No obstante, las tareas que hoy en día se realizan en casa en pocas ocasiones responden a este proceso, quizás más bien al último, repetición, repetición y repetición.
Los aprendizajes escolares deberían llevarse a cabo en el tiempo escolar, realizando procesos de asimilación, ensayo, experimentación, investigación… En definitiva “haciendo”. Cuando el niño hace, asimila y ancla aprendizajes.
Es en este hacer cuando más dudas y ayuda necesita el niño. Y por tanto es cuando el docente debe estar a su lado para apoyarle.
Si el centro es capaz de plantear procesos de aprendizaje activo y motivadores para el alumnado será éste el que marque el ritmo de trabajo según sus propias demandas. Si el tiempo escolar es insuficiente para satisfacer su curiosidad e interés, será el propio discente el que emplee su tiempo personal de ocio y disfrute a indagar, investigar, ampliar, analizar y procesar la información que necesita para al día siguiente, ya en clase, continuar con su tarea.
Por lo tanto los deberes deberían ser planteados más por el alumno que por el docente. Actualmente son los docentes los que mandan deberes para “terminar el libro”. Como dice Manu en el comentario anterior, un libro que quizás plantea demasiados contenidos cerrados y descontextualizados para un alumno y en un período de tiempo -un curso escolar- que resulta insuficiente.
Se mandan deberes para llegar al final del libro, para “adelantar materia”, no para que se produzca realmente este proceso de asimilación del que venimos hablando.
En conclusión, en el debate sobre los deberes escolares mi opinión es: “Si los deberes responden al interés y necesidad del propio alumno por aprehender los contenidos propuestos en tareas activas… deberes sí. Si los deberes responden a la presión de padres, directivas y editoriales por “dar el temario”… deberes no.
Ya sabía yo que tu opinión era imprescindible en este debate.
No puedo estar más de acuerdo.
Muchas gracias Antonio, un abrazo.
Yo no puedo posicionarme radicalmente en contra o a favor de los deberes.
En primer lugar, y de acuerdo con A. Marquéz, creo que habría que introducir en el debate la pregunta “¿deberes para qué?.
Los aprendizajes requieren ser organizados, secuenciados y repetidos para que puedan instalarse en la memoria a largo plazo, pero al mismo tiempo es necesario que los niños los entiendan y les resulten significativos, para lo cual es necesaria la experimentación más allá de los libros de texto.
No creo que sea malo hacer deberes, pero sin excedernos y siendo equitativos a las necesidades y, sobre todo a las posibilidades de cada alumno, para evitar que se hagan interminables y que permitan tanto a padres como a hijos disfrutar de otras actividades también necesarias.
Los niños han de ser autónomos al realizar los deberes. Si no pueden ser autónomos y necesitan la ayuda de los padres y/o profesores particulares es porque quizá en las aulas no se esta procediendo del todo bien.
Siempre he defendido que el proceso de enseñanza-aprendizaje hay que darle un cierto toque lúdico, pero con límites. A mi modo de ver, los valores como la disciplina, el esfuerzo y la constancia también son imprescindibles y están, en algunos casos, en horas bajas. No creo que flexibilidad, experimentación y dinamismo tengan que estar reñidos con esfuerzo, constancia y disciplina. La motivación y el interés es fundamental para que se produzca el aprendizaje, pero no podemos protegerles de algo tan real como que en la vida no siempre todo lo que hacemos nos encanta.
No es coherente quejarse de la alta carga de deberes y que sin embargo alarguemos la jornada de los niños hasta las ocho de la tarde con un montón de actividades extraescolares, que también requieren un esfuerzo extra que cansa al niño tras un largo día (aunque le gusten) y que en algunos casos tampoco son de su interés. En este caso también habría que preguntarse “¿actividades extraescolares, para qué?”
Efectivamente… modestamente opino que la mayoría de extraescolares sobra.
Muchas gracias por pasarte a comentar María José.
soy profe de las de no mandar casi nunca deberes. En clase hacen su trabajo y lo voy revisando, o se lo revisan entre ellos. Normalmente si mando deberes, el que los hace casi nunca lo necesitaba, y el que lo necesitaba los hace mal o ni se molesta y así, además, castigo de bajada de notas, evidencia ante los compañeros y otras molestias.
Tengo padres cabreados porque sus hijos no llevan deberes que hacer…
Mi hijo el peque no trae nunca deberes, ni creo que deba, en 2º de infantil.
Mi hijo el grande trae “deberes”. Vamos, que le entusiasma tanto la idea de que si lleva información al colegio será apreciada que investiga a fondo los temas, y además le encanta darle vueltas hasta hacerlo, poner sus habilidades al servicio del proyecto que están desarrollando en el cole (ahora que están con dinosaurios, ha aprendido ha hacer alguno con papiroflexia, por ejemplo). Este tipo de deberes sí me parece interesante, pero es que ni siquiera son obligatorios, son sugerencias.
Sigo con interés tu magnífico blog desde que lo descubrí no hace mucho por simple casualidad puesto que no tengo una relación directa con su temática.
Sin embargo, mientras leía esta entrada, me ha venido a la mente una expresión, quizá demasiado simple, pero que creo que sigue siendo válida y no me resisto a comentarla aquí: “Aprender es divertido, pero estudiar es aburrido”.
Somos lo que somos, como especie, porque somos curiosos. Está en nuestro ADN. Estudiar, en cambio…
Gracias Marian por tu comentario y por seguir el blog. 🙂
En el sentido clásico, estudiar puede ser memorizar o puede ser investigar con detenimiento.
Como han dicho otras personas que han comentado, creo que está en manos del maestro hacer del estudio una diversión.
Aunque se entiende bien lo que dices y en ese sentido estoy de acuerdo contigo.
Es imposible evitar las lágrimas después de ver el video, sobre todo al ver aparecer un niño detrás de la pantalla.
En nuestro caso estamos pasando por esa problemática, con nuestra hija de 14 años, al final te obliga a tomar una decisión: hablar con los profesores (para que entiendan que llega hasta donde puede), y eliminar las extra escolares, ya que está en juego la “salud de tu hijo”.
Creo que ella aprende mucho más con su curiosidad, leyendo libros sobre otros países, investigando por ella misma…
Gracias por tu colaboración en mejorar esta locura de mundo, espero y deseo que entre todos podamos cambiarlo.
Un abrazo, estoy segura que personas como tú mejoran esta locura de mundo.