Entrada invitada: María Pedraza nos habla de Ramón y Cajal

Entrada invitada

Sección de neuronas en crecimiento que cede la palabra a expertos en otras áreas que enriquecen la perspectiva neuropediátrica de este blog.
En esta ocasión tengo el placer de contar con la Dra. María Pedraza.

Maria PedrazaMaría Pedraza es Dra. en Neurociencia y especialista en el desarrollo embrionario del sistema nervioso. Actualmente investiga, en el Institut du Fer à Moulin de París, como se forma la corteza cerebral en la etapa embrionaria. Para conocer mejor su trabajo os recomiendo que veáis su perfil en Research Gate.

He invitado a María para que nos hable de Don Santiago Ramón y Cajal. Justo hoy, 1 de mayo, porque es el 164 cumpleaños de nuestro mejor científico. Estoy segura de que la obra de Ramón y Cajal ha despertado no pocas vocaciones para la Ciencia española y que seguirá haciéndolo. Pero su legado trasciende lo científico, más allá del descubrimiento de la neurona y la elaboración de la teoría neuronal, y merece ser conocido.

En un blog dedicado a la neuropediatría, nada me parece más apropiado que contar los años de infancia y adolescencia del padre de la neurología moderna, conocer mejor como transcurrieron los años del “neurodesarrollo” de Ramón y Cajal. Y es un lujo poder hacerlo de la mano de una neurocientífica que además es buena conocedora del legado de

Ramón y Cajal, pues ha escrito y trabajado sobre ello en el Instituto Cajal del CSIC.

Gracias María por compartir con nosotros tus conocimientos sobre la faceta artística de Don Santiago. Gracias por transmitirnos tu entusiasmo por su figura.

Los primeros años de Ramón y Cajal

“El caso de Santiago Ramón y Cajal con toda seguridad es único en la historia. En un medio indolente y casi hostil, este hombre logró con talento y voluntad, con trabajo inspirado e infatigable, una realización científica colosal, tan armoniosa como una obra de arte.” Ernesto Lugaro (Profesor de psiquiatría de la Universidad de Turín).

No existe ciudad ni pueblo de España, por pequeño que sea, que no tenga una plaza o calle que ostente el nombre de Santiago Ramón y Cajal. No hay nadie más popular ni a la vez más desconocido. Los más advertidos podrían decirnos que fue un médico que ganó el premio Nobel, sin embargo ¿quién fue realmente Santiago Ramón y Cajal?

Santiago Felipe Ramón y Cajal nace un Uno de Mayo de 1852 en Petilla de Aragón (Navarra). Hijo de Justo Ramón y Antonia Cajal, ambos aragoneses de la localidad de Larrés.

Certificado de Nacimiento de Santiago Felipe Ramón y Cajal.
Certificado de Nacimiento de Santiago Felipe Ramón y Cajal. Fuente: Instituto Cajal (CSIC). Madrid.

Teniendo en cuenta la profesión de su padre como médico rural, los desplazamientos y mudanzas fueron más que patentes durante su infancia; desde Petilla de Aragón (1852-1854), Larrés (1854-1855), Luna (1855-1856), Valpalmas (1856-1860), hasta Ayerbe (1860-1864; lugar en el que vivió su adolescencia).

Una de las primeras aficiones de Cajal, que mantendría toda su vida y le favorecería, no lo olvidemos, a concebir funcionamiento del cerebro, fue la pintura. Tomadas como simples travesuras de un niño, el que se convertiría en premio Nobel, pasaba sus horas dibujando en paredes o cartulinas todo tipo de personajes o paisajes.

Uno de los primeros dibujos de Santiago Ramón y Cajal. Ermita de La Virgen de Casbas (Ayerbe)
Uno de los primeros dibujos de Santiago Ramón y Cajal. Ermita de La Virgen de Casbas (Ayerbe). Fuente: Instituto Cajal (CSIC). Madrid.

Su vocación artística nunca fue bien vista por su padre, quien consideraba que éste no era un oficio de provecho, como podría ser la Medicina. Y en cierto modo Don Justo no iba mal encarrilado en sus presagios, pues años después se convertiría en un importantísimo científico, y por supuesto, en un brillante maestro de anatomía para sus afortunados discípulos.

Tras su paso por Ayerbe, la familia Ramón se traslada a Jaca. Su padre persevera en el intento de encauzar la infancia de su hijo y así, interna a su descendiente en el Colegio de los Padres Escolapios para sus estudios primarios, pero visto el poco éxito en su intento de cambio, tomó la decisión que cualquier padre tomaría en la actualidad: “Señorito Santiago, no quieres estudiar, pues bien, conocerás qué es el trabajo duro”. Lo que Don Justo no conocía por aquel entonces es que a Cajal no se le resistía ninguna tarea, llegando a ser uno de los mejores zapateros del lugar. Con ello, el futuro premio Nobel volvió a salirse con la suya, pero un pacto en la siguiente ciudad destino iba a cambiar esta atormentada infancia.

Dibujo a carboncillo y tiza. Santiago Ramón y Cajal.
Dibujo a carboncillo y tiza. Santiago Ramón y Cajal. Fuente: Instituto Cajal (CSIC). Madrid.

En 1864, la familia toma de nuevo sus maletas y marcha a Huesca. Allí, se da una apabullante entrada de información estimulante para Cajal. Tengamos en cuenta que éste procedía de pueblos muy pequeños y Huesca, en cierto modo y como capital de provincia, integraba todo lo que no podía haber obtenido en su pasado. Fue la ciudad en la que tuvo su primer contacto con la fotografía, quedando fascinado por los fotógrafos ambulantes del lugar. Añadimos, pues, una nueva afición al polifacético Neurocientífico, que años más tarde seguiría con el disfrute y estudio en detalle de la fotografía (“La fotografía es un ejercicio científico y artístico de primer orden. Por ella vivimos más , porque miramos más y mejor”).

No obstante, como buen enamorado del arte, no dejó de lado su pasión por la pintura, que hasta entonces había manejado de un modo autodidacta. Fue el momento del cambio. Cajal quería aprender, profundizar, como hacía con todo aquello que se proponía. Para ello empezó a dar clases de pintura con León Abadías como mentor, no sin tener que aceptar antes el pacto propuesto por su padre: Don Santiago podría acudir a estas clases, mientras cediera a ser aleccionado en anatomía por él mismo.

“Ante la imponente losa anatómica, protestaron al principio cerebro y estómago; pronto vino, empero, la adaptación. En adelante vi en el  cadáver, no la muerte, con su cortejo de tristes sugestiones, sino el  admirable artificio de la vida” Santiago Ramón y Cajal.

Dibujos anatómicos. Santiago Ramón y Cajal
Dibujos anatómicos. Santiago Ramón y Cajal. Fuente: Instituto Cajal (CSIC). Madrid.

Y así, precisamente en ese momento, abandonado a los brazos de la curiosidad y el perfeccionismo, se gestó la semilla del comienzo de la historia de un legado que ya conocemos. El legado del padre, disculpen este guiño de subjetividad, de la ciencia y el arte español.

2016 © María Pedraza

Seguro que queréis saber aún más. Así que no podéis dejar de escuchar a María Pedraza en el programa de divulgación científica Universo Paralelo en Radio Círculo, hablando de «Ramón y Cajal, la Neurociencia y su legado».

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Imágenes: Instituto Cajal (CSIC). Madrid.

María Pedraza tiene parte de sus publicaciones en Research Gate y se pueden leer aquí.

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