Calor y cerebro
¡Qué calor! ¡Se me funden las neuronas!
Pues cuidado porque puede ser cierto.
Cuando hace tanto calor nuestra actividad disminuye, lo hacemos todo más lento y nos cansamos enseguida.
Es sólo una sensación o nuestro cerebro piensa más despacio? ¿Cómo afecta el calor al cerebro? ¿Por qué los niños lo sufren más?
Los niños con problemas neurológicos crónicos, ¿deben tomar precauciones especiales?
En el post de hoy intentamos explicarlo.
La temperatura corporal.
La temperatura influye en los fenómenos físicos y químicos. El agua, por ejemplo, cambia de estado según a que temperatura se encuentre; y las reacciones químicas se aceleran según aumenta la temperatura a la que se producen.
Los seres humanos somos animales homeotermos. Para que nuestro cuerpo funcione bien, necesitamos que mantenga su temperatura constante independientemente de la temperatura exterior. Y teniendo en cuenta que el ser humano habita todo el planeta, de los polos al ecuador, las variaciones a las que se somete son muy importantes.
En condiciones de salud y con una actividad moderada, la temperatura interna del cuerpo varía menos de 0’6 °C al día, entre 36’7 y 37 °C en mayoría de las personas. Mientras que la temperatura ambiental puede variar muchos grados.
Por ejemplo en Tarragona, el mes más caluroso es agosto –con un temperatura promedio de 24 °C–, y el más frío enero –8’9 °C de media–. Lo sé, ideal para vivir… 😉
En Tarragona, como en la mayoría de climas, las temperaturas ambientales están siempre por debajo de la corporal.
Sin un sistema aislante eficaz, nuestro cuerpo perdería calor hasta igualar su temperatura a la del exterior y no podría funcionar correctamente. La piel, el tejido subcutáneo, pero sobre todo la grasa garantizan este aislamiento: por cada milímetro de grosor de grasa podemos “resistir” 1’5 °C menos de temperatura exterior. Con nuestro “traje natural”, desnudos, podemos conservar el calor interior del cuerpo (36’7-37 °C) y la piel a temperatura muy similar a la del exterior.

En una persona sana, el funcionamiento normal del cuerpo genera calor.
El metabolismo, proceso complejísimo de reacciones químicas por el que transformamos los alimentos en estructuras corporales y energía para funcionar, produce calor de forma continua.
Durante el crecimiento, con el ejercicio, si padecemos una enfermedad inflamatoria o estamos nerviosos, el metabolismo se acelera y aumenta la producción de calor.
Regulación de la temperatura corporal.
Por suerte, estamos dotados de mecanismos eficaces para liberar este calor.
El más importante es la radiación. El 60% del enfriamiento corporal diario corre a cargo de la radiación.
☼ ¡Aléjate del sol!
La sangre fluye desde lo más profundo de nuestro cuerpo a la piel, y lleva –conduce– el calor con ella. Cuanto más rápido circule la sangre por la piel, más calor perdemos porque lo irradiamos.
Para regular el paso de la sangre hacia la piel, y con ello la pérdida de menos o más calor, los vasos se contraen –conducen menos calor– o se dilatan –permiten pasar más calor–.
Los receptores de temperatura de la piel informan al cerebro de la temperatura exterior. La información se analiza en una zona específica del hipotálamo que actúa a modo de “termostato” y, a través del sistema nervioso simpático, manda a los vasos sanguíneos que se contraigan o se dilaten.
La conducción contribuye mucho menos en nuestro “enfriamiento”. Solo un 3% del calor se libera por contacto directo de la piel con los objetos. Al pasarles nuestro calor los calentamos hasta igualar la temperatura con ellos, convirtiéndolos así en un aislante más que deja de enfriar enseguida.
Una forma especial de conducción es la convección. Si el aire (“objeto” gaseoso) está más frío que la piel, se calienta de forma inmediata e iguala nuestra temperatura. Pero si hay corriente, el aire se mueve a nuestro alrededor y se “renueva”, estaremos pasándole calor de forma continua. De esta manera podemos llegar a perder hasta el 12% del calor corporal.
¡Busca el aire fresco!
Cuando la conducción se produce en el agua es mucho más intensa, y la pérdida de calor es mayor.
¡Refréscate mojándote!
La evaporación nos permite eliminar hasta el 20% del calor sobrante. La evaporación es la pérdida de agua, en forma de vapor, a través de la piel y los pulmones. No nos damos ni cuenta, pero de esta manera se pierden unos 600mL de agua al día, aproximadamente 384 calorías, hagamos lo que hagamos, no se puede regular.
¡Bebe agua a menudo!
A esta forma insensible de pérdida de calor se añade la sudoración, una forma especial de evaporación que sí puede regularse. Y aquí interviene de nuevo el hipotálamo y el sistema simpático.
Al sudar, la piel queda cubierta de agua que al evaporarse la enfría. Pero si la temperatura y la humedad del ambiente son elevadas, el sudor no se evapora y el calor en vez de disminuir aumenta, por eso aguantamos mejor los climas de calor seco.
¡Usa ropa ligera!
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Como nos afecta el calor excesivo.
En circunstancias normales las personas sanas tienen un excelente mecanismo de regulación de la temperatura corporal. Pero cuando hace mucho calor nos afecta y hay riesgo de que nuestra termorregulación se vea desbordada.
Estamos más cansados.
Por un lado aparece insomnio. El hipotálamo regula los ciclos de sueño y de vigilia, para ello se guía por estímulos externos, como ,a luz y la temperatura, que indican al cerebro cuando debe inducirse el sueño.
El calor excesivo altera esta regulación normal del sueño. Nos cuesta dormirnos y nos despertamos muchas veces a lo largo de la noche –sueño fragmentado–, así que nuestro cerebro ve interrumpidas las funciones que debe realizar durante la noche y no puede completarlas. Por el día sufrimos las consecuencias del mal descanso nocturno, disminuye nuestro rendimiento y empeora la calidad de vida.
Por otro lado, el calor enlentece la propagación del impulso nervioso y la contracción de los músculos genera más calor corporal. Así que el cerebro recibe señales de fatiga que nos producen esa sensación de cansancio y falta de ganas tan característica en verano.
A todo lo anterior se suma la pérdida de agua. Por la evaporación cutánea y respiratoria, y por supuesto por la sudoración. Incrementando la somnolencia, la fatiga muscular y favoreciendo la acumulación de toxinas en el organismo.
Golpe de calor.
Cuando las condiciones climáticas son extremas, altas temperaturas con elevado porcentaje de humedad, los mecanismos que mantienen la temperatura corporal pueden verse desbordados, aún en personas sanas.
Si la temperatura interna alcanza los 40 °C los tejidos se lesionan y sufren daños irreversibles, lo que se conoce como golpe de calor.
El hipotálamo pierde su capacidad reguladora, disminuye la vasodilatación y la sudoración, y el cuerpo no puede liberar el exceso de calor manteniendo una temperatura peligrosamente elevada.
Se alteran las funciones cerebrales, aparecen dolores de cabeza, la persona está confusa y aletargada, siente nauseas, vértigo y calambres musculares.
Los tejidos se lesionan por aparición de hemorragias locales en el cerebro, los riñones y el hígado. Las secuelas suelen ser irreversibles. Si no se hace nada la temperatura corporal sigue aumentando y causa la muerte.
Aplicando el sentido común.
Con un poco de sentido común, no tendremos que lamentarnos luego.
España es un país preparado y acostumbrado al calor del verano.
Evitar el aire libre a las horas máximas de calor, procurarnos un patio fresquito o un buen aire acondicionado, echarnos una siesta cuando el cansancio nos pueda, usar ropa ligera y fresca, beber agua fría, tomar un helado o bañarnos en la playa o la piscina, son las cosas habituales que hacemos en verano.
Aprovéchalo y disfruta al máximo. Incluso puedes leer algo del blog bajo una buena sombra con un refresco. 😉
¡Elige sitio! 🙂
En la próxima entrada hablaremos de las personas más vulnerables al calor: los niños con enfermedades crónicas.
_________________________[sobre esta información]
Imágenes:
- Gráficos: “Ola de calor”, “Hipotálamo: termostato del cerebro”, “Insomnio” todos por ©mj mas. “Clima de Tarragona” en wikipedia; “Metabolism” en wikidoc; “Capilares” en wikipedia; “Golpe de calor” de Nicolás Ramallo en diario “El Universal”.
Relacionados:
- Todo sobre prevención en el blog.
- Todo sobre el sistema nervioso en el blog.
9 Comentarios
Si comentas, todos aprendemos. ¡Gracias!
Gracias por compartir tu trabajo con los demás. Admiro la capacidad de síntesis que tienes, y de hacer fácil la lectura de cualquier tema. Y unos diagramas preciosos. Leerte es un placer. Feliz verano.
Gracias a ti. Por leerme y por tus palabras que me alegran y animan mucho. 🙂
Feliz verano!
Buen dia.
Ya alguien lo dijo, síntesis para entenderlo al 100%.
Gracias por tu trabajo.
Saludos desde esta contaminada ciudad (Houston-USA)
Gracias a ti Saul por leer y pasarte a comentar.
¡Saludos!
Estoy muy de acuerdo con el post y la respuesta.
Muy de acuerdo, el calor a veces afecta nuestro rendimiento tanto mental como físico.
Muchas gracias por la información
Encantada, Sebastián.
Gracias a ti por tu interés.