¿prevenir las malformaciones del sistema nervioso?
Más vale prevenir… las malformaciones cerebrales

La planificación familiar ha sido uno de los grandes logros del siglo XX. La aparición de métodos anticonceptivos eficaces permitió separar la actividad sexual de la reproductiva y, con el uso del preservativo, reducir la incidencia de enfermedades de transmisión sexual.
Decidir cuando tener hijos sin renunciar a la actividad sexual tiene importantes consecuencias sociales y culturales, además de permitir a la mujer valorar su estado de salud y sus circunstancias personales antes de ser madre.
Mantener un estilo de vida saludable es esencial para cualquier persona. Pero es especialmente importante en las mujeres jóvenes en edad fértil y sexualmente activas que pueden quedar embarazadas sin buscarlo y por tanto no darse cuenta de ello hasta pasadas varias semanas, cuando el embrión está ya bastante desarrollado. Casi todos los órganos fetales ya están organizados en la 8ª semana de gestación.
Causas de malformación cerebral
El neurodesarrollo, la formación, crecimiento y maduración funcional del sistema nervioso, es extraordinariamente complejo. Empieza a los pocos días de la concepción y termina con el fin de la adolescencia. Su larga duración y la exquisita precisión que requiere la progresiva organización cerebral, hacen que el neurodesarrollo sea vulnerable a múltiples causas que derivan en malformaciones y disfunciones cerebrales – gráfico -.
Cuanto más inmaduro es el sistema nervioso, más vulnerable resulta a las interferencias en su desarrollo.
La etapa prenatal es la más delicada, pero podemos disminuir los riesgos de malformación cerebral conciéndolos mejor e intentando evitarlos o prevenirlos antes de que se produzca el embarazo.
Causas genéticas de malformación cerebral
Muchas malformaciones cerebrales son debidas a una anomalía genética que origina una alteración en el programa de desarrollo cerebral.
Su prevención pasa por la detección de antecedentes de casos de malformaciones cerebrales en la familia. Aunque la mayoría son debidas a alteraciones genéticas “accidentales” (mutaciones de novo) otras pueden ser heredables y requieren la valoración de un especialista que estimará la probabilidad de que se repita una malformación en un nuevo embarazo y ofrecerá el consejo genético adecuado a cada caso.
En ausencia de antecedentes familiares no pueden aplicarse medidas preventivas antes del embarazo.
Causas adquiridas antes, durante y después del embarazo
Serán las no heredadas, como las debidas a accidentes, infecciones, alteraciones del ambiente intrauterino que interfieren en el desarrollo del cerebro… Aunque como vemos en el gráfico que acompaña a esta entrada, las causas genéticas y las adquiridas no actúan aisladamente.
Especialmente después del nacimiento, los factores ambientales o accidentales actúan a través de factores biológicos sobre el desarrollo cerebral. La pobreza, la enfermedad materna o un bajo nivel cultural disminuyen la formación y organización de conexiones neuronales pudiendo causar retraso mental, retraso que a su vez favorece la marginación social y la pobreza…
Mejorar la salud de la madre antes del embarazo
Las mujeres no somos el “sexo débil”, pero somos más vulnerables a la enfermedad. Tanto por las desigualdades socioeconómicas que aún no hemos superado, como por el poco interés de la ciencia médica en estudiar su fisiología y modo de enfermar particular. Sobre ellas suele recaer la responsabilidad del hogar y los hijos (aunque puede que esto esté cambiando), y dejan sus propios asuntos, como su salud, a la cola de sus quehaceres. Aunque me preocupa, no voy a centrarme en esto, ya que no es el objeto de este blog, pero hablar de embarazo y salud y obviarlo es contribuir a perpetuar el problema.
Cuando una mujer decide quedarse embarazada, conviene que revise antes el estado de su salud y sus hábitos. En su propio beneficio, y para proporcionar al hijo que gestará el entorno prenatal más saludable posible. Debe consultar con su médico de cabecera y su ginecólogo.
Cuidar la alimentación
Los adultos no siempre seguimos una alimentación sana. Las prisas, el trabajo, los horarios, múltiples circunstancias hacen que nuestra dieta no sea la más ideal.
Una mujer joven, sana, con una alimentación equilibrada tendrá las energía suficiente para afrontar un embarazo y una crianza sin problemas. Los nutrientes de la sangre materna, proteínas, calcio, hierro, vitaminas… deben estar en niveles adecuados para poder propocionar al feto todo lo que necesita para su correcto desarrollo. No se trata de “comer por dos”, se trata de alimentarse bien en un momento de la vida en el que el cuerpo de la mujer tiene necesidades nutricionales especiales.
La anemia subclínica (sin síntomas) es muy frecuente aún en mujeres sanas. Puede haber un déficit de hierro o de ácido fólico en sangre, que son imprescindibles para el buen funcionamiento de los glóbulos rojos y la oxigenación de los tejidos. Especialmente en las 4 primeras semanas del embarazo, estas sustancias son necesarias para la correcta formación del sistema nervioso del embrión, cerebro, médula espinal y nervios. Si son deficitarias, habrá que tomar suplementos dietéticos antes del embarazo ya que si no puede haber consecuencias devastadoras, patologías malformativas graves, como los defectos del cierre del tubo neural, con graves secuelas intelectuales y motoras.
Evitar los tóxicos
El consumo tabaco, alcohol y drogas tiene un doble peligro. Directamente actúan perjudicando el buen funcionamiento de los órganos maternos y el medio ambiente fetal, dañan los tejidos en formación y alteran su adecuada génesis. Causan secuelas postnatales y son potencialmente mortales para el feto y su madre. Indirectamente, todas ellas causan dependencia materna, y su privación un estado de ansiedad que conviene que la madre haya superado antes de iniciar la gestación.
Los fármacos también pueden ser potencialmente tóxicos para el feto. Las mujeres con enfermedades crónicas, deben tener un buen control de su enfermedad antes de quedarse embarazadas. Enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, las de la glándula tiroides, y otras, pueden alterar el correcto desarrollo del feto. Y, aunque se tenga un buen control de la enfermedad, hay fármacos que una mujer embarazada debe evitar porque causan deformidades en el feto, como sucede por ejemplo con muchos fármacos para la epilepsia.
Otros tóxicos ambientales son también perjudiciales para el neurodesarrollo fetal. Algunos de ellos los sufrimos todos, mujeres embarazadas o no, la polución, la contaminación de las aguas… Pero las mujeres que trabajan en industrias potencialmente peligrosas deben tenerlo en cuenta en el momento de programar su embarazo.
Infecciones y vacunas
Las infecciones durante el embarazo también pueden interrumpir el buen desarrollo cerebral. Antes de quedarse embarazada, conviene comprobar si se tienen defensas frente a distintos organismos que pueden provocar abortos o graves daños cerebrales. Es importante estar correctamente vacunada frente a gérmenes potencialmente graves. Y evitar el contagio por contacto con personas enfermas, las mujeres que trabajan con niños o con ancianos están especialmente expuestas a estas infecciones.
La rubéola, la varicela, el sarampión, el herpes, el citomegalovirus, el papilomavirus, la toxoplasmosis o la sífilis entre otras, son enfermedades que pueden transmitirse al feto causando daño antes de que la madre tenga algún síntoma. En etapas tempranas del embarazo causan malformaciones cerebrales graves o incluso la muerte fetal y en etapas posteriores malformaciones menores que producen secuelas graves como sordera, epilepsia o retraso mental.
¿Aún dudas de planificar bien tu embarazo?
Espero tus comentarios. Y sobre todo que lo difundas en redes sociales, puedes mejorar la salud de muchas personas.
_____________________________________<sobre esta información>
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Bibliografía
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Fotografía, Feto de 8 semanas por Bradley Smith en The Multi-Dimensional Human Embryo. Gráfico: modificado de N. Fejerman en su libro “Neurología Pediátrica”.
4 Comentarios
Si comentas, todos aprendemos. ¡Gracias!
Enhorabuena por el interesante post. Yo creo que todas las mujeres en edad fértil y que puedan quedarse embarazadas deben tomar ácido folico, 0.4 mg al día. La ingesta de esta cantidad durante unas semanas antes de la fecundación se asocia a una marcada disminución de los defectos del tubo neural. Un saludo.
Muchas gracias Víctor por tu interesante aportación.
Muy de acuerdo contigo y con la indicación de la suplementación. Ese aporte es necesario tanto por la dificultad de ingerir cantidades suficientes de folatos como por el incremento de sus necesidades en la mujer gestante.
Un saludo.