Ejercicio y discapacidad
El ejercicio es imprescindible para el desarrollo
La práctica de ejercicio físico y deporte durante la infancia mejora el neurodesarrollo del niño, facilita su inclusión social y fomenta hábitos saludables que, adquiridos en la infancia, será más fácil que se mantengan toda la vida.
Aunque la infancia es juego y en el juego hay siempre una actividad física, esta casi nunca es reglada, como sí lo es el ejercicio físico de la clase de gimnasia (ahora educación física).
El deporte supone un paso más allá, pues se trata de un ejercicio físico con normas y a menudo con fines competitivos. El deporte aporta una educación esencial para la convivencia y el fomento de valores como el trabajo en equipo, la honestidad y la superación de las propias limitaciones físicas.
¿Qué pasa cuando el niño tiene alguna discapacidad? ¿Se fomenta y favorece igualmente el ejercicio físico y el deporte?
Mi impresión es que no lo suficiente. La sociedad actual, demasiado ocupada con todo lo que sale de una pantalla, y el desconocimiento e indiferencia hacia la discapacidad hacen que ni remotamente nos lo planteemos. Pero los niños con discapacidad deben hacer ejercicio físico y deporte como todos los demás –a poder ser incluso más, porque los demás hacen mucho menos ejercicio del que debieran–.
Los niños con discapacidad y el deporte
La discapacidad no incapacita, hay que valorar en cada caso que puede y que no puede hacer el niño y adaptar la actividad a sus posibilidades o buscar actividades adecuadas a sus capacidades.
Las limitaciones pueden ser físicas, sensoriales o cognitivas, y en muchos casos una combinación de varias o de todas ellas.
Los gustos y preferencias de cada niño también cuentan. Deben estar motivados y sentirse integrados en el grupo para sacar el máximo provecho del ejercicio físico. Igual que hacemos con otras actividades extraescolares, podemos iniciar al niño en distintas modalidades deportivas para que pueda elegir la que más le gusta y con la que se sienta más capaz. Si no lo probamos, ¿cómo sabremos cual funciona?
El ejercicio físico puede ser:
- aeróbico: el desplazamiento es la principal característica de este tipo de ejercicio –correr, saltar, nadar…–.
- fuerza: ejercicios de carga, los músculos trabajan hasta el máximo de su capacidad –pesas, cargar la cartera del cole (pero sin mucho peso), remo…–.
- crecimiento óseo: sucede tanto en los ejercicios aeróbicos como en los de fuerza, ya que el hueso se fortalece porque hay una tracción y un impacto repetido –deportes de pelota, raqueta, saltar a la comba…–.
Lo ideal es combinar todos los tipos de ejercicio para obtener el máximo beneficio para el desarrollo.
Cuando hay otras enfermedades crónicas asociadas –problemas respiratorios, cardíacos o renales– debemos consultar antes con el pediatra del niño.
Si el niño acude a un Centro de Desarrollo Infantil y Atención Precoz (CDIAP) será fácil consultar con sus terapeutas que actividad es la mejor para él. Si es más mayor, en el colegio el profesor de educación física o el fisioterapeuta podrá orientar a los padres sobre las actividades físicas más adecuadas.
Ejercicio adecuado a la edad
Por supuesto la edad del niño es también importante, pero el ejercicio debe practicarse y fomentarse desde el primer año de vida.

Pirámide del ejercicio
Todos los días dar un paseo, subir escaleras, jugar en el parque -según edad y capacidad.
(Al menos) una vez por semana hacer deporte, bailar, nadar, jugar a la pelota.
Sólo ocasionalmente ver la televisión o juegos de pantallas.
A los niños que aún no andan, o que no pueden hacerlo, podemos facilitarles hacer ejercicios de suelo que les diviertan. Hay que ofrecerles actividades teniendo en cuenta su capacidad para desplazarse –rastreo, gateo, volteo…– y las limitaciones que puedan tener. Además, los ejercicios de suelo ayudan a prevenir la plagiocefalia.
A los preescolares que ya caminan se recomienda que la actividad física ocupe al menos tres horas al día. Pasear, jugar en los columpios, al pilla-pilla, saltar… si un niño camina es más fácil motivarle para que haga ejercicio físico.
Los niños con poca fuerza, dificultades para sostenerse o con sobrepeso pueden disfrutar más si hacen ejercicio en el agua, donde moverse no resulta tan difícil.
En niños de primaria y adolescentes se recomienda hacer una hora al día de ejercicio, todos los días de la semana.
Cuando las limitaciones son sensoriales, debemos facilitar las adaptaciones necesarias para cada niño. Si es una limitación cognitiva, proponer ejercicios sencillos con normas fáciles de comprender, y en el caso de los trastornos del espectro autista utilizar los intereses que más motivan al niño para involucrarlo en el ejercicio.
La seguridad es prioritaria durante el ejercicio físico
Todas las actividades físicas son fuente de accidentes. Para disminuir los riesgos y aumentar la seguridad es necesario tener en cuenta:
- el riesgo de la actividad
- las limitaciones del niño
- seguir las normas de seguridad y atender a las indicaciones de los responsables de garantizarla
- utilizar los elementos de protección adecuados en cada actividad: cascos, salvavidas…
La motivación es clave
El enemigo del ejercicio físico es el sedentarismo. Parece impensable que tengamos que decirles a los niños que se muevan y jueguen, ¡pero si la infancia es movimiento!
Lo cierto es que pocos niños hacen la cantidad de ejercicio físico que sería recomendable, pasan mucho tiempo sentados delante de una pantalla (televisión, ordenador, tablet, móvil..) Si a esto sumamos la pérdida de los buenos hábitos alimentarios que tradicionalmente tenía la dieta española nos encontramos con tasas de obesidad infantil preocupantes.
Los padres no siempre conocen y son conscientes de la enorme importancia que tiene el ejercicio físico para el buen desarrollo del niño. Y si ya es difícil que un niño sin limitaciones tenga suficiente actividad física diaria, cuando hay limitaciones la dificultad aumenta. Las pantallas son el enemigo principal de la actividad física y están por todas partes. Pero ¿y si las usamos a nuestro favor?…
Hay muchas aplicaciones, juegos y actividades de ejercicio o baile en redes sociales que nos pueden servir para usar las pantallas como fuente de actividad física, tanto si tu hijo tiene algún tipo de discapacidad como si no.
(Nota: esta entrada es la versión actualizada de la original publicada el 10.12.2014)
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