Migraña y cefalea tensional infantil

🍁 Neurodomingo 2021.41

Oswaldo Guayasamín fue un pintor, escultor y muralista ecuatoriano (1919-1999). Pintor del dolor, su obra es humanista y símbolo del rechazo a la violencia tan inherente al siglo en el que vivió. Su obra, de estilo expresionista, abunda en sus raíces mestizas y en sus «gritos» cualquiera siente expresado su propio dolor.

No hay dolor banal.

Los niños también sienten dolor, miedo e indefensión y el dolor debe tratarse siempre. Físico y emocional. Aliviar el dolor es una prioridad del médico, como neuropediatra atiendo a muchos niños con dolor crónico. El dolor más frecuente en la consulta es el de cabeza.

—dolor de cabeza—

A todos nos ha dolido alguna vez la cabeza. Resulta que la probabilidad de padecer un episodio de dolor de cabeza aumenta con la edad, llegando a ser de hasta el 96% en la adolescencia.

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¿A qué edad aprenden a leer y escribir los niños?

🍁 Neurodomingo 2021.40

Joan Miró es uno de los artistas más influyentes del siglo XX. Su personalidad artística es inconfundible, su lenguaje plástico es tan particular que permite identificar sus obras de inmediato. El aspecto sencillo de sus cuadros, esculturas y grabados es engañoso, pues responde a un estilo muy depurado que busca la emoción y la expresión directa. Miró es hijo de su tiempo, quería alejarse del realismo y buscaba la abstracción y el surrealismo.

Al mirar el cuadro de Joan Miró que ilustra la entrada es probable que enseguida leas «RO.», sin embargo se titula Personaje delante del sol. Hay que esforzarse para reconocer lo que quería representar Miró porque nuestra mente adulta está tan habituada a descodificar lo escrito que es fácil que cualquier forma nos sugiera la de una letra. Esto es porque para leer –«pasar la vista por un escrito comprendiendo la significación de los caracteres empleados»– utilizamos los mismos circuitos cerebrales que para discriminar formas.

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Lateralidad cruzada

🍁 Neurodomingo 2021.39

Las personas cuya mano, ojo, oído o pie preferentes no son todos los de un mismo lado –diestro o zurdo– no tienen una lateralidad homogénea y se dice que tienen una lateralidad cruzada.

Cuando pienso en lateralidad cruzada enseguida me acuerdo de estas Manos dibujando, del genial artista neerlandés Maurits Cornelis Escher (1898-1972). La fama de Escher se debe al asombro que producen sus dibujos y grabados de mundos imposibles, sugerentes y fascinantes, por su precisión y belleza matemática. Estas manos se dibujan la una a la otra con idéntica maestría en un bucle infinito sin principio ni final. No importa si la zurda dibuja a la diestra o viceversa, porque una sin otra no podrían existir.

Como curiosidad, Escher era zurdo , como también lo fueron Miguel Angel, Leonardo, Durero o Holbein. (Absurdo orgullo de zurda 😜).

Esta aparente abundancia de zurdos entre los grandes genios lleva al error de creer que los zurdos son más inteligentes que los diestros, pero resulta que no. La proporción de zurdos entre los maestros de la pintura, las ciencias o la literatura seguramente es la misma que en la población general, aproximadamente 1 de cada 10 personas.

Sin embargo no sucede lo mismo entre las personas con trastornos del neurodesarrollo, como puede ser el autismo, donde sí hay una proporción más elevada de zurdos y, en consecuencia, de lateralidad cruzada.

Resulta entonces tentador pensar que la lateralidad cruzada es un problema nuclear a atender. Pero, ¿es así? ¿Es la lateralidad cruzada la que causa dificultades en el neurodesarrollo? ¿Se puede corregir? ¿Es necesario? En esta entrada voy a intentar dar respuestas.

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Cerebro y luz de otoño

🍁 Neurodomingo 2021.38

En vida, Georges de La Tour (1593-1652), fue un pintor muy famoso que trató los temas propios del Barroco –religiosos, escenas de género o de devoción– con un estilo muy personal y fácilmente reconocible.

Pintor tenebrista –como Caravaggio o Ribera–, el tratamiento que hace de la luz permite distinguir dos etapas en su obra: en la primera los cuadros son «diurnos» y el foco de la luz, impreciso; en la segunda se vuelven «nocturnos», iluminados por una vela, una bujía o una antorcha. La composición de sus cuadros es casi geométrica y su paleta prácticamente monocroma con predominio del blanco y el morado en las escenas diurnas y del rojo y el negro en las nocturnas.

Tras su muerte, La Tour cayó en el olvido, y no fue hasta el siglo XX en que su obra fue redescubierta… ¿Cuántos genios habrán acabado así?

En esta, La Magdalena penitente de la lamparilla (o Madeleine Terff) mira absorta la vela en un ambiente oscuro, pero acogedor, que invita a la reflexión y que a mí me sugiere la llegada del otoño, mi estación favorita.

—luz y cerebro—

El otoño es la estación más dulce, las flores que perdemos las ganamos en frutos.

Samuel Butler
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Neurodesarrollo y pobreza

☀️ Neurodomingo 2021.37

Me gusta pensar en Bartolomé Esteban Murillo como un pintor de niños. El genial pintor sevillano del Barroco español (1617-1682) disfrutó de la amistad del comerciante de paños flamenco Nicolás Omazur, lo que le permitió tener clientes burgueses, además de los encargos de la Iglesia, y plasmar temas más mundanos en sus obras.

La Sevilla del siglo XVII, azotada por la peste y los impuestos, se hundía en la miseria. El hijo del próspero barbero –cirujano y sangrador– Gaspar Esteban y de María Pérez Murillo (sí Esteban no es su segundo nombre, sino su primer apellido) no fue un espectador ajeno a las estrecheces de su ciudad. Se interesó por los niños de la calle, pilluelos harapientos y piojosos que se reparten un almuerzo, juegan a los dados o comparten unas uvas y un melón robados.

Su primer cuadro sobre la infancia fue Niño espulgándose (1645-50) que con su ambiente de luces y sombras retrata toda la crudeza de la pobreza, la tristeza y el abandono.

Sí, es un cuadro sin libro, a diferencia de los otros neurodomingos, porque es extraordinario tener libros cuando no hay alimentos ni abrigo y son muy pocos quienes hacen lo contrario

Cuando tengo un poco de dinero compro libros; y si me queda, compro comida y ropa.

Erasmo de Róterdam

La repercusión de la pobreza en el neurodesarrollo es incuestionable y cada vez son más los estudios que ponen de manifiesto no sólo las consecuencias que tiene sobre la salud, sino también sobre el desarrollo de las capacidades individuales.

—pobreza y neurodesarrollo—

Hasta el año 2019, la pobreza estaba en retroceso en todo el mundo.

La pandemia del COVID-19 puede interrumpir está tendencia positiva, pero todavía es pronto para evaluar en toda su dimensión qué repercusiones tendrá sobre la salud, la economía y la política mundiales. Por eso me parece fundamental entender como los factores socioeconómicos repercuten el neurodesarrollo, un proceso que no es exclusivamente biológico, al contrario, el entorno es muy determinante.

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