Vamos a acabar con la educación especial

La inclusión social como objetivo

Los seres humanos somos sociales, nos necesitamos unos a otros para vivir con plenitud y aportar a la sociedad aquello que podemos y sabemos hacer mejor. Y la sociedad nos necesita así, con nuestras capacidades al máximo, cada uno las propias porque todas son útiles y necesarias.

Todos tenemos un lugar en la sociedad que, para ser justa, debe ser inclusiva. La infancia y la adolescencia nos preparan para nuestra independencia, es entonces cuando debemos esforzarnos para después poder ser incluidos en la sociedad adulta. El hogar y la escuela son los entornos donde vamos a encontrar las oportunidades que nos permitan aprender a desarrollar todas nuestras capacidades.

Cuando el ritmo o la capacidad de aprender no son los de la mayoría de niños, el entorno debe adecuarse a esa diversidad para que las oportunidades de desarrollo no se vean disminuidas. Hay que cambiar los modelos de aprendizaje, en casa y en el colegio, para ayudar al niño que lo necesita. Esto no es fácil y requiere conocimientos en atención temprana y educación especial para hacerlo con eficiencia y eficacia.

Por eso cuando la Ministra de Educación, la Sra. Isabel Celaá, manifiesta que «el Gobierno pretende convertir los centros de educación especial en centros sectoriales de apoyo a la inclusión que brinden el asesoramiento y la ayuda necesarios para que el alumnado que actualmente está escolarizado en estos centros específicos pueda incorporarse progresivamente a los centros ordinarios», surge la preocupación y la duda entre los padres de hijos con necesidades educativas especiales y los docentes que los tienen a su cargo.

Pero, ¿es posible acabar con los centros de educación especial? Yo no lo tengo tan claro, ni me parece que, a día de hoy, en buena fe, se pueda.

Neurodesarrollo, aprendizaje y educación

neurodesarrollo niñosEl neurodesarrollo es el proceso por el que nuestro sistema nervioso se va construyendo, capacitando y madurando desde la concepción hasta la edad adulta, gracias a la interacción entre la herencia genética y la herencia cultural. Los estímulos que recibe el niño son imprescindibles para formar y modificar los circuitos cerebrales y deben ser apropiados para el momento en que se encuentra su neurodesarrollo, es así como aprende. Pero esta cualidad plástica del cerebro va disminuyendo con la edad, por eso los aprendizajes en la edad adulta nos exigen más esfuerzo.

Todo esto lo explico con más detalle en mi libro «La aventura de tu cerebro».

Los primeros aprendizajes, los que necesitan experiencias sensoriales y motoras, pueden hacerse en el hogar. Pero en una sociedad compleja como la nuestra, los aprendizajes se complican y por eso encargamos a los docentes que  enseñen a los niños las competencias culturales que necesita el adulto de las sociedades occidentales.

Quien necesita educación especial

neurodiversidad autismoCuando algo interfiere en el neurodesarrollo, se observan retrasos y alteraciones en la aparición de los aprendizajes. Problemas sensoriales, motores, emocionales, cognitivos y de conducta que, cuanto más temprana, intensa y repetitiva sea la interferencia –genética o ambiental–, más evidentes y graves serán, y peor su pronóstico a largo plazo. Habrá niños con dificultades leves y otros con dificultades más graves y complejas, pero todos necesitarán en algún momento apoyo social, atención sanitaria y docencia individualizada en mayor o menor medida.

Aprovechando la misma plasticidad que propicia el crecimiento y la maduración cerebral, podemos tratar de mejorar esas deficiencias y minimizar su impacto sobre el neurodesarrollo. Pero debemos saber qué estímulos y experiencias son las más adecuadas según las necesidades especiales de cada niño, por eso los profesionales –sanitarios, docentes y de servicios sociales– deben ser especialistas y estar bien coordinados entre sí.

Cuanto más preparados estén estos profesionales, más eficaz y eficiente será la intervención y sus resultados. Así que, en cuanto a la docencia, me parece más preciso hablar de educación especializada en vez de especial.

Por otra parte, no podemos esperar a intervenir porque el tiempo corre en nuestra contra. Si no actuamos pronto, el neurodesarrollo continuará su curso anómalo, formando circuitos que serán ineficaces para adaptarse al entorno. De manera que cualquier retraso en la intervención favorece que las anomalías se refuercen, por eso la atención tardía es más difícil, sino imposible.

Así pues, las claves para que las interferencias del neurodesarrollo tengan el menor impacto posible en la vida adulta del niño y le permitan su máxima autonomía e independencia son tres: la detección precoz de las desviaciones del neurodesarrollo, la atención temprana de los problemas y la educación especializada.

Pero estos tres pilares de la inclusión NO son el objetivo final, son los medios para alcanzarlo. El objetivo es la inclusión social y laboral en la vida adulta. Creo que en esto podemos estar todos de acuerdo.

Lo que me preocupa

Ya he escrito en otras ocasiones sobre los problemas que tenemos en la atención precoz de los trastornos del neurodesarrollo, tanto en la detección como en la estimulación temprana. Por desgracia, también la educación especializada tiene problemas similares.

Puede parecer atrevido que, sin ser docente de niños y mucho menos especialista en educación, opine sobre temas tan delicados. Pero cada día veo en mi consulta como muchos de los niños están perdiendo oportunidades de aprendizaje que no van a volver y eso me preocupa, como profesional dedicada a los trastornos del neurodesarrollo y como persona que desea una inclusión social real de todas las personas. Por eso me atrevo a explicar lo que veo con el fin de intentar encontrar entre todos la mejor atención para quien la necesita.

Porque cuando un alumno tiene diversidad funcional, del tipo que sea, es su derecho que se le adapten las enseñanzas de forma acorde a sus capacidades que van cambiando a medida que avanza curricularmente. Y los profesionales especializados son los más preparados para abordar esta tarea.

Qué veo en la consulta

Una gran variedad de casos que creo que, sin ser epidemiológicamente significativos, sí son muy representativos de la realidad.

TDAH y dislexia

Los casos más abundantes son los de TDAH y dislexia. Carecemos de estudios epidemiológicos a nivel nacional, pero por aproximación de estudios locales, calculamos que entre el 4 y el 7% de la población infantil en España tiene TDAH y casi uno de cada cuatro niños con TDAH tiene además dislexia. También hay niños con dislexia sin TDAH, pero las cifras aquí son aún más desconocidas porque no siempre se detecta.

Estos alumnos precisan atención personalizada y adaptaciones metodológicas, no necesitan aulas de apoyo ni modificaciones del contenido curricular. Se calcula que al menos hay un alumno con TDAH o dislexia por aula, o sea que están escolarizados con todos los demás, así que sería lo más parecido al modelo inclusivo al que se aspira y sin embargo…

Por la saturación que sufren los equipos de orientación pedagógica son pocos los que cuentan con un plan pedagógico individualizado y cuando lo tienen no siempre es exitoso, pues su aplicación recae en el mismo maestro/profesor del curso que no tiene tiempo extra para estos alumnos y no siempre ha recibido la formación adecuada ni tiene el apoyo de los equipos pedagógicos especializados porque, repito, están saturados.

Así que a menudo me encuentro boletines de calificaciones con suspensos o comentarios de los maestros y profesores que hacen referencia directa a los síntomas del TDAH o de la dislexia, porque no se atendiendo al niño de forma adecuada.

Autismo y trastornos del lenguaje

La mayoría de niños con Trastornos en el Espectro del Autismo –TEA– y con Trastornos Específicos del Lenguaje –TEL– son alumnos de centros educativos ordinarios. Tampoco tenemos datos epidemiológicos reales y calculamos su incidencia en 1 de cada 100 niños.

La historia más habitual es la de un niño al que, hacia los 2 años de edad, se le detectan problemas en el neurodesarrollo del lenguaje y/o las relaciones sociales. Recibe entonces tratamiento de Atención Temprana –logopedia y psicología– en los centros especializados, en aquellas CCAA que los tengan. Pero, al alcanzar la edad de escolarización, suele considerarse que la atención que necesitan puede continuar en la escuela.

También aquí hay que diseñar un plan individualizado que suele estar limitado por recursos insuficientes. El lenguaje es imprescindible para cualquier aprendizaje, académico o no, y en todos estos niños está alterado. Como mínimo necesitan maestros especializados en audición y lenguaje y logopedas, también pueden necesitar refuerzo escolar, pero no siempre llega el recurso y cuando lo hace, suele hacerse fuera del aula ordinaria para ir a las de apoyo.

Una vez más los recursos son insuficientes y la responsabilidad recae en un maestro que se ve desbordado a pesar de que pueda recibir indicaciones de los equipos de orientación pedagógica. Como esto sucede en los colegios ordinarios, se dice que son inclusivos. La realidad es que estos alumnos pierden oportunidades de mejorar su potencial porque la buena voluntad no es suficiente para que la docencia especializada sea eficaz.

La escuela «inclusiva»

El Ministerio de Educación no dispone de datos sobre el número de niños escolarizados a nivel nacional en centros ordinarios con modelos inclusivos.

Al final, ante tantas carencias, muchos padres de niños con TDAH, dislexia, TEA o TEL buscan ayuda de especialistas privados fuera del horario escolar. Logopedas, pedagogos especializados, psicólogos… Suponen un gasto extra para estas familias, que ya sufren suficiente desgaste por los problemas que tienen en su día a día. Algunas, las más afortunadas, consiguen becas con las que hacer frente a estos gastos. Y yo me pregunto: si se les concede una beca es porque se les reconoce un derecho, ¿por qué no se puede dar esa atención en horario lectivo y de forma verdaderamente inclusiva?

inclusión integración

Por otra parte, muchos de estos alumnos sufren exclusión. La falta de especialización, tiempo y apoyos por parte del sistema educativo, lleva a la incomprensión de sus problemas, que a menudo se hacen evidentes al resto de alumnos que tampoco entienden nada. No les invitan a los cumpleaños ni juegan con ellos en el parque, procuran evitarlos en los trabajos en equipo y no es raro que sean víctimas de acoso escolar.

Escuela especial

Según datos del Ministerio de Educación, el 2,1% del total de niños escolarizados en España lo están en centros de educación especial, son los alumnos con las dificultades más graves. Deficiencias cognitivas, problemas importantes en el lenguaje o en la conducta. Muchos tienen una escolaridad compartida, van unos días a la semana a la escuela ordinaria y otros a la escuela especial. La mayoría empiezan la escolarización en preescolar, en colegios ordinarios, pero no avanzan, se frustran y están ansiosos. Entonces se revalúa su caso y pasan a la escuela especial, las cosas cambian a mejor.

Con maestros especializados, con objetivos de verdad personalizados, con un ratio de maestro/alumno envidiable, es decir, con todo aquello que realmente necesitan para su neurodesarrollo diverso –invertir el tiempo necesario con la docencia adecuada–, mejoran. Su ansiedad disminuye y su predisposición a aprender cambia. A veces los avances son muy, muy lentos, razón de más para mantener un apoyo ajustado a su ritmo, pero a la larga siempre hay mejoría.

Los padres de alumnos de educación especial no buscan recursos educativos ni terapéuticos fuera de la escuela, porque los tienen dentro.

Aunque también tiene sus problemas, falta de profesionales, falta de plazas, centros alejados kilómetros del domicilio de los alumnos… (Casi todos los alumnos que van al colegio especial le llaman «el cole del autobús» para distinguirlo del ordinario, al que suelen ir andando). Y me atrevo a decir que el principal problema de estas familias es la oportunidad de encontrar relaciones sólidas con otras familias sin hijos diversos porque, aunque la educación especial también busca mejorar las habilidades sociales, la escuela especial dificulta el contacto con niños que no acuden a esa escuela. En ese sentido la inclusión inversa que proponen algunos es muy interesante.

En resumen

Hoy por hoy, ni el modelo de escuela inclusiva ni la de educación especial consiguen aquello que persiguen, la inclusión social real de sus alumnos.

Sin conocer los datos reales del problema, cuantos niños tienen neurodiversidad y cuantos alumnos reciben educación inclusiva, no pueden planificarse los recursos necesarios.

Esta falta de recursos convierte una buena idea, la inclusión escolar, en una pérdida de oportunidades de aprendizaje con la consecuente falta de independencia futura y, demasiado a menudo, en una mala experiencia.

Por otra parte y dejando a un lado consideraciones obvias, como la del derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, parece que en la atención a la neurodiversidad y en la consecución de objetivos individuales, el modelo mejor preparado es el de la escuela de educación especial.

Para poder cambiar a un modelo de escuela inclusiva, de verdad, necesitamos inversiones: adecuar espacios, aumentar el número de docentes especializados en educación especial y mejorar la formación en neurodiversidad de todos los docentes, dotar a los servicios de orientación de más personal y medios, espacios y tiempos para coordinarse con los servicios sanitarios y sociales pertinentes… Seguro que me dejo cosas.

¿Es posible hacerlo? Yo creo que sí, pero además de voluntad y recursos, que a lo mejor se pueden conseguir rápido, es necesario tiempo para poder formar más profesionales. Justo lo que no podemos perder en los trastornos del neurodesarrollo, porque cualquier retraso en la intervención favorece que las anomalías se refuercen.

Inclusión sí, pero con recursos, recursos de verdad, y mientras no se garantice, no parece buena idea eliminar la educación especializada.

↬  2019 © mj mas
_________________________

Relacionados:

23 Comentarios

  1. Apreciada doctora, leo con mucho interés cada nueva entrada en Neuronas en crecimiento y me encanta su pasión y su buen hacer. Estoy totalmente de acuerdo con usted , la inclusión es una gran idea pero se necesitan medios materiales y profesionales, esperemos que poco a poco la inclusión sea real y permita maximizar las capacidades de todo el alumnado..
    Me ha encantado el gráfico ilustrativo de la inclusión, segregación e integración, querría saber si puedo utilizarlo (soy psicóloga) citando la fuente.
    Saludos cordiales.

    1. Muchas gracias, Montse.
      Sé que es un tema difícil y me alegro de que te haya gustado.
      El gráfico se encuentra en muchos sitios de internet, puedes usarlo sin problemas.
      Saludos cordiales.

  2. Apreciada doctora, leo con mucho interés cada nueva entrada en Neuronas en crecimiento y me encanta su pasión y su buen hacer. Estoy totalmente de acuerdo con usted , la inclusión es una gran idea pero se necesitan medios materiales y profesionales, esperemos que poco a poco la inclusión sea real y permita maximizar las capacidades de todo el alumnado.. No obstante, soy optimista y creo que podeos lograrlo.
    Me ha encantado el gráfico ilustrativo de la inclusión, segregación e integración, querría saber si puedo utilizarlo (soy psicóloga y me dedico al área educativa) citando la fuente.
    Saludos cordiales.

  3. He leido y me he quedado , por decirlo con
    Cautela, sorprendida.
    Que una persona como tu que se dedica a tratar problemas de neurodesarrollo haga primero :
    Un artículo tan contradictorio , que la nueva ley que trata de ser inclusiva y ir eliminando los centros de educación especial, no es viable .
    Para decir después que la inclusión es necesaria para que esas personas se desarrollen como adultos laboralmente .
    Si no trabajas estos niños desde pequeños, no esperes que de mayores ocurra un milagro y puedan ser capaces laboralmente.
    Después que sepas que la mejor estimulación para un niño es : OTRO NIÑO, que lo acepte
    Como es . Los 2 pueden aprender cosas.
    Un centro de educación especial por bien dotado que esté, según tu. Es mil veces peor
    que uno ordinario, eso te lo aseguro.
    Puedes decirme que saca un niño con problemas de estar rodeado SOLO de niños con más problemas !!
    Supongo que las cosas desde fuera se ven como las ves tú . Si tú hijo tuviera problemas quizás no pensarías así y estarías harta de tanta discriminacion .
    Cuando aprenderemos a normalizar la vida de todos los niños ? Neurotipicos y no neurotipicos.
    No es cierto que los niños no neurotipicos tengan crisis de angustia, que se enfaden…
    Porque sean así .
    Trátalos con normalidad y ayúdalos en las cosas que no entiendan o no sepan hacer y no tendrán ninguna crisis .
    Y ya, para acabarlo de arreglar que discrimines según diagnóstico.
    Cada persona es única .
    Freud dijo: “tú no tienes nada porque todavía no han puesto nombre a lo tuyo” .
    Para terminar, decirte que seas capaz de publicar esto, todos tenemos derecho a opinar y mi opinión es tan respetable como todas.
    La censura, no es buena para nadie . No la apliques.
    Gracias

    1. Muchas gracias, Rosa, por tu comentario.
      Por supuesto que la réplica a las opiniones es bienvenida. No entiendo tu última frase, ¡por qué querría «censurarte»? Yo no censuro tu opinión, ¿cómo se llega al entendimiento sin escuchar?

      Aclarando puntos y desde el respeto, creo que has leído mi artículo con un cierto sesgo, lo digo por lo que me parece entender que expresas en tu comentario y que entiendo perfectamente que sientas. Te invito, por favor, a que vuelvas a leerlo. Para mí resulta difícil abordar este tema en el que no pretendo agradar, sino señalar los problemas para encontrar soluciones de verdad. Lo sencillo sería no decir nada y seguir pareciendo simpática a todos.

      Claro que la inclusión es necesaria, siempre, y trabajar desde pequeños lo único que la hace posible ¿has leído lo que pienso sobre el estado de la atención temprana? Pues es lo mismo para la educación, educación especializada temprana.
      Hay realidades que no podemos obviar, los niños con problemas necesitan el apoyo de todos y ojalá el centro ordinario (qué fea palabra) pudiera dárselo, eso es lo ideal y no lo discuto en absoluto. Estar con otros niños que los respeten y los acojan como lo que son: niños como ellos.
      Pero lo que yo veo, y no quiero ofender a nadie sino defender el derecho al pleno desarrollo de las capacidades de los niños no neurotípicos, es que mientras los niños neurotípicos se hacen tolerantes (eso es bueno) y les gusta estar con todos los niños y disfrutan con ellos de sus juegos, el niño no neurotípico pasa de curso sin que se haya exprimido todo su potencial (hay honrosas excepciones, pero no creo que sea la norma) y eso me apena porque estamos aceptando que no importa que no desarrolle toda su persona, que no importa si sus capacidades motrices, emocionales o cognitivas no reciben todos los estímulos necesarios porque al menos está con sus iguales. Muchas veces escucho decir «sí, pero es funcional y eso está bien» y claro, me apena profundamente. Quizá sea una observación sesgada, pero es la que veo a menudo en consulta y en esa observación concluyo que: los niños neurotípicos aprenden lo que es la neurodiversidad y aprenden a querer a todos los niños (habría que hacer un seguimiento en la adolescencia), pero los niños no neurotípicos pierden aprendizajes muy valiosos para su futuro. No es una relación justa en cuanto a ganancia de aprendizajes.
      Modelo inclusivo sí, pero el actual no funciona. Llevar los recursos de la educación especial a todos los centros sería inclusión, pero ahora mismo los recursos en educación especial son también escasos. ¿Sería desvestir un santo para vestir otro? Hoy por hoy, lamentablemente, creo que sí. Trabajemos en esa dirección, pero démonos el tiempo adecuado para hacerlo bien y que los niños no neurotípicos puedan desarrollar TODO su potencial humano, motor, emocional, cognitivo, social y TAMBIÉN académico.

      En cuanto a lo que dices «No es cierto que los niños no neurotipicos tengan crisis de angustia, que se enfaden…
      Porque sean así.» Claro que tienes razón, yo no he dicho eso. Trato de explicarme mejor. Todas las personas sentimos angustia ante cualquier situación inesperada o sobre la que no tenemos ninguna experiencia. Pero si la capacidad de adaptarnos a la novedad o nuestra capacidad comunicativa está afectada, entonces esa angustia se transforma en frustración y enfado, que es lo único que ve quien no entiende la neurodiversidad. Aparecen entonces los comentarios desafortunados del ignorante que tanto daño hacen a los padres cuando los niños tienen un disgusto en público: «ya lo harán callar», «qué maleducados», ¿crees que no veo esto y que no lo he vivido? Lo veo y me hace sufrir.
      Dices «Trátalos con normalidad y ayúdalos en las cosas que no entiendan o no sepan hacer y no tendrán ninguna crisis.», y así lo pienso yo y añado que cuando no sepas qué ha provocado el disgusto, procures averiguarlo para ayudar de verdad, tal y como explico en consulta y siempre que tengo ocasión: https://neuropediatra.org/2014/10/22/la-conducta-en-el-autismo/

      Sobre que discrimino por diagnóstico, no es lo que hago yo, es la realidad que existe. Los niños con dislexia no van a la escuela especial y sufren en la «inclusiva» incomprensión y falta de oportunidades educativas. Hay madres que en 1º de BAT siguen grabando los temas del libro de texto o los libros de literatura en audio para que su hijo pueda hacer las tareas. Por no hablar de los retrasos en la detección de la dislexia (cuando se hacen) o en las esperas «porque aún es muy pequeño para aplicar metodología especial de lecto-escritura» y lo dicen para niños que tienen ya ¡9 años!… ¿Y ese es el «diagnóstico fácil de atender»? Si en lo «sencillo» no ponemos los medios, ¿cómo vamos a garantizar una enseñanza de calidad en los que tienen diagnósticos «difíciles» de atender por su complejidad?

      No me cabe la menor duda de que cada persona y sus circunstancias son únicas, así las atiendo yo en la consulta, una a una y teniendo en cuenta todo lo que puedo todas sus circunstancias. Tampoco me cabe duda de que los «diagnósticos» actuales son una aproximación imperfecta a la realidad de la persona. Es una revisión que creo hay que hacer desde la ciencia https://neuropediatra.org/2015/10/25/autismo-tdah-coinciden/

      Para terminar, ofrecerte mi apoyo en lo que necesites, aun cuando pueda parecerte que nuestras opiniones no coinciden.
      No dejaré de apostar por la inclusión, aunque para hacerlo tenga que criticar y señalar las deficiencias que tiene actualmente.
      Gracias de nuevo por pasarte a comentar.
      Saludos cordiales.

  4. Estoy de acuerdo con el artículo. Pero hay que tener en cuenta también la poca (por no decir nula) flexibilidad del sistema educativo y profesorado para adaptar el contenido de las clases a las necesidades de los niños (tengan o no algún trastorno). Para hacer esta adaptación ni se requiere preparación adicional ni recursos económicos. Solo se requiere interés y ganas de realizar bien tu trabajo.

  5. Me ha encantado leer la entrada.
    Lo ha explicado de manera extraordinaria.
    Opino exactamente igual.
    Lastima que los que legislan sobre la educación (vida) de muchas personas no pasen por aquí. O quizá si pasen y lean informes como estos pero por cuestiones de marketing o a saber cuales, tomen las decisiones que toman.
    Un placer leerte.

    1. Gracias, Alba.
      Ojalá quien tiene la posibilidad de desarrollar una educación inclusiva de verdad lo haga. Las intenciones no bastan, los padres y la comunidad docente tienen mucho que decir, son los que más saben y no se les tiene en cuenta.
      Medios humanos y materiales para alcanzar la verdadera inclusión, la voluntad sin recursos es sólo un bonito un sueño.

  6. Buenos días!!!
    El ministerio de educación se está limitando a cumplir lo firmado en la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad hace una década y que lo han ratificado casi el 90 por ciento de los países que componen el mundo. La convención evidentemente se basa en investigaciones que avalan el beneficio de la educación inclusiva y por otro lado en cuanto a su título y”neuronas en crecimiento” es lo que grandes expertos nos vienen a confirmar a voces, siempre estamos aprendiendo….

  7. claudia alejandra novo

    Excelentemente explicado y planteado. La claridad, el detalle y la conclusión final, no pueden estar más acertadas.
    Gracias!

  8. Estimada Dr. Más
    Encantada de contactar.
    He disfrutado la claridad y sensatez del manuscrito, y estoy absolutamente de acuerdo contigo.
    Mi experiencia clínica, docente e investigadora en neurodesarrollo infantojuvenil, me han permitido no sólo el conocimiento sobre la importancia que representa la medicina preventiva sino además, que para optimizar el desarrollo a nivel escolar, familiar y social, es imprescindible contemplar lo que el niño verdaderamente necesita y no lo que aquellos que creen que no es lo mismo que saber, y decidan al respecto.
    La educación ordinaria mecanicista sin magia y creatividad, beneficiará muy escasamente a los niños con necesidades especiales, teniendo en cuenta que incluso no se logra muy satisfactoriamente en aquellos que no necesitan apoyos o medidas especiales.
    Mientras no se comprenda y respeta a la infancia con seriedad y solidaridad junto a recursos económicos acordes a los estándares europeos en educación, España secencuentra entre los primeros cinco países cuyo PIB en educación es el más bajo de la UE, los niños no se beneficiarán cómo se merecen.

    Con afecto, un saludo desde Valencia
    Dra Denise Medici

      1. Me alegra saber que ha sido recíproco.
        Magnífico aporte también el de mi apreciada amiga y colega Elena.
        Seguimos en contacto, intentando sumar por una infancia sana, cuidada y respetada.
        Otro saludo

  9. Enhorabuena por esta reflexión tan bien escrita y acertada. Trabajo en un colegio de Educación Especial y soy médico especialista en Neurofisiología.Cada día hace muchos años observo el cambio de muchos niños que vienen “DESINTEGRADOS” realmente de la ordinaria y se acaban integrando muy bien primero en la especial y mas adelante en la vida laboral adaptada a sus necesidades, otros quizá no puedan trabajar y pasan a un centro ocupacional.
    Porque vienen desintegrados?. Muy fácil, porque mientras sus compañeros están aprendiendo divisiones ellos no tienen alcanzado el concepto de suma. Cuando yo llegue no entendía nada ya que en el papel ponía que un niño había alcanzado niveles curriculares de 2 de la ES0 y no tenía automatizada las sumas con llevadas.En la reunión plurisciplinar que tenemos todo el equipo, los profesores me explicaban que van pasando los cursos pero que ese nivel no es el real.
    Al llegar al centro se le ponían los libros de acuerdo a su verdadero nivel curricular. Esté aspecto les fortalece porque ven que son capaces de aprender a su ritmo. Desde el punto de vista médico como explicas perfectamente en el post, hay muchas patologías que influyen en el aprendizaje ,lógicamente, aprendemos mediante una red de conexiones neuronales y muchas veces solo podemos objetivar una disfunción neurofisiológica, y otras veces no se puede objetivar nada. En este punto hay tener mucho cuidado porque muchas veces el decir que el niño no tiene nada mejor se tendría que explicar que no se ha encontrado la causa del problema que retrasa el aprendizaje. A nadie nos extraña decir que alguien es diabético, no es un problema. Pero podemos suavizarlo y decir, yo tengo una diversidad del metabolismo del azúcar. De acuerdo, vamos a llamarlo como queramos pero hay un problema y hay que intervenir lo mejor que se pueda . Con logopedas de manera individual,con fisioterapeutas, con profesores especializados en trastornos del neurodesarrollo que tengan pocos niños por clase y sepan dar a cada uno lo que necesita, no les va a tratar a todos igual porque todos son diferentes en sus capacidades de aprendizaje.
    Mi mas sincera enhorabuena Maria Jose por esta entrada tan bien escrita.

  10. Gracias por compartir tus impresiones, más cuando son temas peliagudos como este.
    Me llamo Esther, he trabajado como fisio con personas con daño cerebral y estoy cursando neurorrehabilitación.

    Inclusión u optimización de aprendizajes? Por qué no podrían ser ambas cosas?

    Opino que sería enriquecedor, pero sin instaurar este recurso de golpe, sino progresivamente, siguiendo un proceso de adaptación por todas las partes. Y sin cambiar al profesorado pero sí enseñándoles nociones básicas, e incorporando a especialistas formados neurorrehabilitación en los coles: pedagogos, psicólogos, logopedas, fisios, terapeutas ocupacionales,… (que los hay y buscando trabajo o trabajando fuera) Y esto es lo que cuesta dinero.

    Aparte, totalmente de acuerdo en que ni los coles ordinarios ni los especiales cumplen el objetivo de inclusión.
    Igual soy algo radical en mis ideas, pero para mí el sistema del cole “ordinario” es muy poco flexible y fomenta más la competitividad, que la tolerancia. Y depende de los profesores darle un cambio de tuerca o no.

    Para mi opinión, un cole inclusivo sería aquel donde los aprendizajes son activos, experimentales, aplicando la teoría a la práctica. Se enseña no sólo asignaturas como mates y lectura, también aprendizaje emocional y social. Los profesores son flexibles y se adaptan al ritmo de cada alumno y no el alumno a la clase, quedando sin consolidar sus aprendizajes.
    Se fomenta la curiosidad, la tolerancia y la cooperación. Incluso en algunas clases nenes un poco más mayores pueden ayudar a los de cursos anteriores o que tengan más dificultad en sus aprendizajes. Y se forman las clases por nivel de aprendizaje en cada área, no por edad. Pudiendo coincidir el niño con iguales, con nenes más pequeños o un poco más mayores. Todo esto por supuesto supervisado y guiado por el adulto.

    Personalmente no he conocido este modelo, más que algunas partes en escuelas de verano inclusivas. Y muchos centros solo tienen de inclusivo la etiqueta. Pero me han hablado de algunas escuelas en África, donde no hay apenas recursos pero sí muchas ganas y disposición. Y niños de diversas edades y necesidades juntos en el aula cooperando entre sí, con la ayuda del docente. Y por lo visto, funcionan bastante bien.
    Así que pueden más las ganas y la adaptación intrínseca que los recursos, aunque no dudo en que son necesarios.

    Un cordial saludo. Y enhorabuena por tu proyecto.

  11. Totalmente de acuerdo contigo.
    Trabajo con niños en Atención Temprana y he tenido una hija con pluridiscapacidad, a la que llevé a un colegio de Educación Especial para niños con P.C.
    Creo que hay niños que pueden integrarse en aulas ordinarias pero otros, más afectados o con patologías más complejas, que necesitan escolarizar en centros de Educación Especial, por lo que no deben desaparecer en absoluto. Los centros de E.E. tienen más recursos, menos alumnos por aula, profesorado mejor preparado… y también, según mi punto de vista, con mayor vocación por el trabajo que hacen, ya que ellos eligieron dedicarse a esos niños.
    Comparto contigo la idea de que los que más aprenden con la integración de niños con necesidades educativas especiales en aulas ordinarias son los otros niños, que aprenden a tolerar las diferencias, pero sinceramente creo que los niños con n.e.e. al final están solitos en el patio porque no tienen compañeros de juego. Sin embargo esos niños en un cole de E.E. están mucho más integrados de verdad, acompañados por sus compañeros del mismo nivel y características parecidas.
    Gracias por tu artículo!
    Un saludo.

    1. Gracias por compartir tu experiencia, Cristina.
      Es interesante conocer y tener testimonios de distintos puntos de vista.
      Saludos cordiales.

Si comentas, todos aprendemos. ¡Gracias!

He leído y acepto la Política de Privacidad

He leído y acepto las

A %d blogueros les gusta esto: